Este mes de abril se cumplen 30 años de historia del Centro Especial de Empleo Integración Laboral ARCADIA S.L. 30 años y tal vez algunos más. Fue en 1995. Una revolución en el modelo de intervención en la atención a las personas con enfermedad mental grave en Huesca. Un movimiento en paralelo en toda España.

Una revolución en el ámbito de la salud mental impulsada por un amplio consenso de diferentes actores e instituciones. De la intervención más puramente institucional a la intervención comunitaria. De la intervención ocupacional simple hacia la ocupación laboral y la creación de empleos. Desde la intervención más clínica hacia la intervención socio-sanitaria. Del psiquiátrico a la comunidad.

Desde 1995 ARCADIA ha ido construyendo lo que podríamos denominar con la nomenclatura de hoy en día: una empresa social. Una empresa con diferentes líneas de negocio: lavandería, jardinería, serrería, confección, huerta ecológica, gestión documental, limpieza, vivero y servicios internos de recepción y transporte.

La misión: poder generar empleo dirigido a personas con un diagnóstico en enfermedad mental grave. Un colectivo con especiales dificultades en el que, a día de hoy, el 80% sigue sin tener un empleo. ARCDIA, como empresa, da trabajo actualmente a más de 80 personas, el 90% de las cuales tiene alguna discapacidad.

ARCADIA apuesta por los modelos de recuperación en salud mental, que entienden que la construcción de un nuevo proyecto de vida pasa por el desarrollo de un nuevo sentido y propósito en esta vida. El hecho de poder restaurar un sentimiento significativo de pertenencia a la propia comunidad y un sentido de su propia identidad, a pesar de las limitaciones impuestas por la enfermedad.

La inserción laboral como un pilar fundamental en el proceso de dar sentido al nuevo proyecto de vida. La necesidad de tener un empleo se puede contemplar desde una doble perspectiva, como un derecho ciudadano y como un componente más de los programas de atención sociosanitaria en salud mental, en las que también toman especial importancia la vivienda y por supuesto, el grupo, las relaciones sociales. La formación y el empleo contribuyen enormemente a mejorar el curso de la enfermedad mental, con repercusiones positivas sobre el funcionamiento social, el grado de satisfacción, la autonomía personal y la calidad de vida. El hecho de tener un puesto de trabajo al que poder ir todos los días ofrece un empoderamiento, devolviendo el protagonismo a sus vidas a través de la construcción del propio proyecto vital, como eje de recuperación de su propia salud.

Celebramos estos 30 años pensando en los 30 siguientes, en poder seguir creando proyectos y programas de inserción laboral y generación de empleo dirigidos a personas con enfermedad mental grave. Celebramos estos 30 años agradeciendo a todos los trabajadores de la empresa, a todos los profesionales y a todas las instituciones que han hecho posible que la empresa haya funcionado y siga funcionando.