Por cada euro que se destina a la Fundación Agustín Serrate, la entidad revierte a la sociedad oscense 3,15. Ese dinero, que supone un rendimiento de la inversión del 315%, contribuye principalmente a mejorar la calidad de vida de las personas con enfermedad mental grave y sus familias, y constituye también un ahorro para las administraciones públicas.
Estos datos forman parte de las conclusiones de un estudio que ha realizado la Fundación Agustín Serrate, con la dirección de la Fundación Ecología y Desarrollo (Ecodes) y la firma Alter Civites, en el que se ha analizado el beneficio social, laboral y económico que la Fundación retorna a la sociedad oscense, a partir del dinero público y privado que se le concede. Se trata de un trabajo pionero en España, porque es la primera vez que se aplica el método SROI (Retorno Social de la Inversión) a una organización destinada al colectivo de salud mental.
El director gerente de la Fundación oscense, Javier Borau, y la directora de Proyección Externa de Ecodes, Cristina Monge, presentaron el pasado miércoles 1 de octubre las conclusiones de este estudio, primero a los medios de comunicación y después a representantes y profesionales de varias administraciones, entidades sociales y económicas. El acto tuvo lugar en el Centro Cultural de Ibercaja y actuó como maestro de ceremonias el director de Diario del Altoaragón, Javier García Antón.
Entre los asistentes se encontraba presente la directora provincial del Instituto Aragonés de Servicios Sociales, Mercedes Puyuelo, miembros de la corporación municipal, como la concejala de Bienestar Social y Autonomía Personal, Marta Escartín, el diputado provincial Armando Borraz, el director general de Ceos-Cepyme, Salvador Cored, el presidente de la Coordinadora de Asociaciones de Personas con Discapacidad, Francisco Ratia, el gerente de Atades Huesca, José Luis Laguna, el presidente de la Fundación Agustín Serrate, Pepe Fernández, y otros patronos y profesionales de esta entidad. Excusó su ausencia el consejero de Sanidad y Bienestar Social del Gobierno aragonés, Ricardo Oliván.
Impacto directo e indirecto
Cristina Monge, que fue la encargada de aportar los datos, explicó que, de los 3,15 euros que la Fundación retorna a la sociedad, 2,7 proceden de impactos indirectos, principalmente en los usuarios que mejoran la calidad de vida y sus relaciones sociales, y sus familias, que normalizan su vida laboral, ahorran costes en el cuidado de los enfermos y mejoran su bienestar emocional y las relaciones sociales. La administración, por su parte, ahorra gastos en el sistema de salud, en las prestaciones sociales y laborales y en recursos y servicios alternativos.
El impacto económico directo es de 0,45 euros, por medio de salarios, incentivos económicos, impuestos y tributos. Según señaló Monge, el sesenta por ciento de los retornos es de carácter socioeconómico, mientras que el otro cuarenta restante corresponde a intangibles (calidad de vida, relaciones sociales y bienestar emocional).
La metodología
Cristina Monge observó que este tipo de estudios exige un cambio cultural y contribuye a una nueva forma de hacer las cosas. «Cualquiera debería ser capaz de rendir cuentas y explicar cómo se invierte el dinero en su trabajo y el retorno que tiene», comentó, y explicó que el método SROI, «la máquina de la verdad», como lo rebautizó Javier García Antón, se diseñó en San Francisco (EEUU) hace veinte años, utiliza unos criterios validados a nivel internacional y permite mostrar el valor de las inversiones que se plantean en el territorio.
Para realizar los cálculos del retorno, se identificó en primer lugar a los principales agentes afectados o beneficiarios de la actividad que realiza la Fundación Agustín Serrate, como son los usuarios, sus familias, los profesionales que trabajan en la entidad, otros profesionales de servicios psicosociales y las administraciones públicas. Con estos grupos representativos, se estableció a continuación un proceso de participación, a través de talleres, encuestas y entrevistas, y se fue concretando qué es lo que era necesario medir.
Cristina Monge destacó que esta metodología permite conocer para actuar. «Se puede cuantificar un valor extrafinanciero, con un enfoque participativo, y ayuda a las entidades y administraciones a tomar decisiones antes de realizar una inversión, y a evaluarla, una vez hecha», explicó. «Gracias a este método, se conoce cómo se gestionan estas entidades y cómo se puede mejorar esa gestión. También supone un ejercicio de transparencia, sobre todo del uso que se le da al dinero público», y planteó al auditorio qué sucedería si se hubiera acudido a un estudio de este tipo para valorar algunas de las obras públicas que han realizado diversas administraciones públicas en este país.
Objetivo cumplido
Javier Borau explicó durante su intervención que, durante mucho tiempo, psiquiatras, economistas y trabajadores sociales se habían preguntado por la rentabilidad social de la labor de la Fundación Agustín Serrate. «Nos resultaba muy complicado cuantificarla económicamente y ahora los resultados de este estudio, que utiliza una metodología actual, resultan muy interesantes», indicó.
Borau consideró que obtener un 315% de rendimiento constituye un éxito, pero destacó especialmente el hecho de que el 75% del retorno de la inversión suponga un beneficio para los usuarios y sus familias. «Eso indica que los objetivos de la Fundación de prestar un servicio rehabilitador a estas personas, se cumple. Es muy importante que sirva para mejorar la calidad de vida de las personas».
Achacó la rentabilidad de la Fundación a las distintas administraciones que han apoyado a la entidad a lo largo de su trayectoria, pero especialmente a los profesionales que trabajan en ella. «La salud mental ha sido siempre la hermana pobre de las especialidades médicas -recordó-. España invierte menos que la media de Europa y Aragón menos que la media de España. Huesca es un limbo, pero no sabemos qué va a pasar», dijo en relación al concurso del servicio de salud mental, que desde hace más de dos décadas asume la Fundación y que está ahora pendiente del pliego de condiciones que debe redactar el Gobierno aragonés y hacer público.
El gerente lamentó, por otro lado, que las subvenciones que se conceden a las entidades sociales están muy mal vistas, cuando se ha demostrado que en realidad son inversiones que generan beneficios, y que a veces algunas entidades privadas les consideran competencia desleal. El gerente de la FAS advirtió de que si las administraciones recortan sus presupuestos destinados a este fin, los rendimientos de estas inversiones también serán menores.
En el tramo final de la presentación, en la que también intervino el coordinador del trabajo, Charles Castro, Javier García Antón concluyó que este estudio no es un retrato fijo, sino que, en la medida en la que las inversiones se incrementen y se optimicen los procesos y los recursos, el retorno será todavía mayor. En este sentido, consideró una tarea de responsabilidad de administraciones, la Fundación y otros grupos de interés contribuir a este proyecto social y económico.
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